Infancia vulnerable y tratamiento en medios de comunicación

La fotografía de Alan, el niño sirio con su cuerpo inerte boca abajo en la playa, movilizó a la opinión pública, abocando a los medios de comunicación a decidir si publicaban o no aquella fotografía. El periodismo desempeña un papel esencial para dar voz a los más débiles e indefensos y, por ende, en la creación de criterio en la ciudadanía. Pero no solo se trata solo de dar visibilidad a ciertos colectivos en los medios de comunicación, sino de hacerlo de forma ética.

La presencia de menores en los medios de comunicación se ha vuelto más vulnerable en la Sociedad de la Información, especialmente con la llegada de Internet y las redes sociales que, aunque supusieron nuevas oportunidades para la profesión periodística, derivaron en mayores dificultades para proteger a la infancia.

En este sentido, cabe señalar que la prensa española es especialmente cuidadosa con las informaciones en las que los menores son los protagonistas. Así lo determinan las conclusiones del informe ‘La infancia vulnerable en los medios de comunicación’, presentado por Aldeas Infantiles SOS y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) en la Asociación de la Prensa de Madrid.

Para la realización del estudio, se recopilaron 51.446 noticias sobre infancia publicadas en prensa nacional impresa y digital entre enero y diciembre de 2018; de estas, se realizó una primera selección de 1.000 noticias, y de ellas, 100 fueron objeto de análisis exhaustivos en el que participaron expertos en el ámbito de la información.

Este informe analiza –por cuarto año consecutivo– el tratamiento que se hace en los medios de comunicación sobre la infancia vulnerable. El estudio indica que se ha mejorado en el tratamiento que se da a los menores en los medios de comunicación; en una escala del 1 al 5, la nota media ha arrojado un resultado de 4’04, obteniendo el año pasado un 3’63.

Los datos revelan que el 76% de las noticias hacen un tratamiento positivo de la infancia, el 15% negativo y el 9% neutro; además, la mayoría de las noticias respetan el derecho a la intimidad y a la privacidad de los niños y niñas, y evitan su identificación mediante el uso de nombres ficticios.

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La importancia de contrastar las fuentes

Entre los principales puntos débiles, el informe concluye que, a pesar de no publicarse los nombres reales de los niños, sí se publicaron los apellidos de sus progenitores, pudiendo identificarse de este modo al niño.

Asimismo, señala que siguen publicándose imágenes de menores difundidas en sus propias redes sociales, o que en algunas noticias se criminaliza y estigmatiza a colectivos vulnerables, como en los casos de extranjeros no acompañados. Por otra parte, el informe incide en la importancia de contrastar las fuentes, especialmente debido al auge de las fake news.

Criterios analizados

Para la valoración de las noticias se tuvieron en cuenta tres criterios clave: el respeto a la intimidad personal y familiar; la importancia de trabajar con autocrítica; y por último, la no utilización de los niños como fuentes de información. Asimismo, se tuvieron en cuenta los titulares, el cuerpo de la noticia y las imágenes utilizadas.

El apartado referente al uso de los niños como fuentes de información fue el que obtuvo mayor puntuación, 4’47 sobre 5. Sin embargo, el uso de las imágenes es el peor puntuado, con un 3’74. Esta calificación se debe a que todavía siguen publicándose imágenes en las que pueden reconocerse los menores o se les ha discriminado por sexo. Asimismo, el informe señala que hay que seguir apelando a la necesidad de contrastar las fuentes y a no utilizar imágenes que puedan vulnerar los derechos de los niños.

No cabe duda de que los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en la formación de la opinión pública sobre la realidad de los niños y adolescentes: contribuyen a cambiar actitudes y sacan a la luz la realidades y negativas. Por ello, y en línea con los resultados que revela el estudio, consideramos que es necesario que los medios comunicación dediquen mayores espacios a este grupo para educar, mentalizar y formar a la opinión pública sobre la vulnerabilidad de la infancia con el fin de protegerlos y cuidarlos.