Corresponsal en el extranjero, ¿futuro incierto?
Recientemente hemos tenido el placer de acudir a la presentación del libro “La semilla del odio: de la invasión de Irak al surgimiento del ISIS” de Mónica G. Prieto y Javier Espinosa, periodistas experimentados en la cobertura de conflictos internacionales. Entre sus experiencias y la importancia del relato, la pareja compartió su visión del periodismo internacional: un oficio cada vez más desempañado por profesionales freelance que se mueven sin el respaldo de un medio. Es decir, que los medios de comunicación demuestran un interés cada vez menor en alargar las coberturas de los conflictos internacionales. Como corresponsal de El Mundo, Espinosa sostiene que los papeles de enviado especial y corresponsal “están en vías de extinción”. ¿Es eso cierto? ¿Qué cambios sociales e informativos podrían llevar a esta situación?
Como punto de partida de esta reflexión que hacemos desde Duomo Comunicación debemos pensar en el espacio real que dedican los medios de comunicación al periodismo internacional. Si hablamos de actualidad internacional, es innegable que los medios de todos los formatos están al día en cuanto a sucesos y noticias que, a pesar de suceder fuera de nuestras fronteras, tienen interés general e informativo. Lo que denuncian los periodistas especializados es que las noticias sobre Siria o la franja de Gaza llegan a nuestras pantallas un solo día, sin hacer un seguimiento por ejemplo de la compleja situación global que aún sigue teniendo lugar en Oriente Próximo. Esto reduce la necesidad de las editoriales de contar con corresponsales en diferentes zonas del planeta.
Una de sus causas se encuentra en el enorme caudal informativo al que hacen frente cada día las redacciones. La acumulación de noticias de ámbito local, nacional e internacional reduce el espacio y tiempo que es posible dedicar a cada una de ellas. Por otro lado, la velocidad con que los internautas consumen información en la red se traduce en una mayor necesidad de los medios online de producir de forma continua. Siendo esta además la causa de que los temas salgan de la palestra tan rápidamente: con la misma facilidad con que un hashtag es Trending Topic (TT) en Twitter puede desaparecer si la audiencia no lo respalda. A pesar de ello, los eventos internacionales con un fuerte impacto mediático se hacen hueco incluso en las redes sociales, como ocurrió con la caída de Mosul en Irak de manos del Estado Islámico este mismo mes.
Por otro lado, la aparición de un nuevo tipo de contenidos se ha notado, sobre todo, en los medios online. Nos referimos a la información sobre temas virales, Youtubers y fenómenos de internet. Una prueba de ello ha sido la creación del portal Verne de El País donde colgar noticias sobre la red. A ello se suma la producción por parte de los medios de nuevos formatos de noticia, como videos cortos con los que atraer a públicos multipantalla acostumbrados a contenidos de un consumo aún más rápido.
El lado amable de esta reflexión lo marcan los lectores y seguidores de estos periodistas internacionales, ya sean freelance o contratados por un medio. A pesar del amplio abanico de información a nuestro alcance, siguen valorando las crónicas de grandes profesionales y la información que producen desde el terreno, poniendo en riesgo, en muchas ocasiones, su propia vida. Así, por ejemplo, el libro de Mikel Ayestaran “Oriente medio, Oriente roto” va por su tercera edición desde su publicación a principios de junio de este año. Una muestra de que la población busca información de calidad y de primera mano. Esto nos da que pensar que, puede que el paradigma cambie, pero la sociedad continuará demandando información internacional y alguien (aunque no sepamos quien) tendrá que ser responsable de la misma.
Abigail Rodríguez
Social Media Strategist